La taxonomía de Bloom es un marco desarrollado para categorizar las metas educativas. Se trata de un ordenamiento jerárquico de habilidades cognitivas que puede, entre otros innumerables usos, ayudar a los docentes a enseñar y a los estudiantes a aprender.
El marco original constaba de seis categorías principales conocimiento, comprensión, aplicación, análisis, síntesis y evaluación.
En 2001, el marco fue revisado dando origen a la taxonomía de Bloom revisada o taxonomía para la enseñanza, el aprendizaje y la evaluación. El cambio más significativo en el dominio cognitivo fue la eliminación de síntesis y la incorporación de creación como nivel más alto de la taxonomía y, por tanto, presentada como la habilidad cognitiva más compleja o exigente.
La taxonomía tiene muchos usos, por ejemplo, la creación de evaluaciones, planificación de elecciones a evaluar la complejidad de las tareas, diseñar mapas curriculares, desarrollar cursos online, planificar el aprendizaje basado en proyectos, la auto evaluación, etc.
Pero sobre todo es importante para establecer y ordenar objetivos o metas de aprendizaje.