Flipped learning o aprendizaje invertido es quizás el modelo de aprendizaje híbrido o blended learning más conocido.
Se trata de un enfoque pedagógico en el que la instrucción directa se desplaza al espacio individual del estudiante y el espacio grupal se convierte en un espacio de aprendizaje activo y dinámico, donde el docente actúa de facilitador, guiando al alumnado en la aplicación de los conocimientos y ayudándole a adquirir nuevas habilidades.
De este modo, algunos procesos de trabajo, los más teóricos, desplazan fuera del aula y el tiempo presencial junto al docente se dedican a potenciar la práctica y la aplicación de los conocimientos.
Si tenemos en cuenta la taxonomía de Bloom, la idea sería trabajar las categorías de bajo nivel, como la memorización y la comprensión de forma individual y las de alto nivel; Aplicación, análisis, evaluación y creación dentro del aula junto a la persona instructora.
Totalmente lo contrario de lo que habitualmente se hacía en el modelo tradicional de aprendizaje.