El autoaprendizaje es el aprendizaje autónomo, es decir, el tipo de instrucción que permite a una persona controlar el flujo del material del curso y por lo tanto, dirigir su propio aprendizaje sin supervisión directa.
Implica que el entorno de aprendizaje es asíncrono y es un excelente método que los estudiantes pueden usar para mejorar su experiencia de aprendizaje, ya sea que esté estudiando para conseguir un título o aprendiendo sobre un tema por simple diversión.
Gracias al autoaprendizaje de los estudiantes, pueden ir más allá de simplemente aprender de lo que enseñan los libros o los profesores.
Este tipo de aprendizaje potencia la exploración más a fondo de los temas que más le interesan al alumnado y, como resultado, desarrollan habilidades de estudio más sólidas.
Una de las principales ventajas de este tipo de aprendizaje es que el alumnado es el que tiene el control y decide cuándo, cómo y qué aprende. Y esto, en muchos casos, ayuda a una mayor motivación, aunque tiene la desventaja de requerir una alta autodisciplina, lo que hace que este tipo de aprendizaje no sea el más efectivo para todo el mundo.