Hoy día, gracias a internet, compartir conocimientos profesionales es más fácil que nunca.

El entorno digital le está ganando terreno al presencial porque resulta más accesible para muchas personas.

Pero las diferencias entre estos dos tipos de docencia son claras, y si queremos saber cómo preparar un curso de formación online, debemos tener muy claros algunos aspectos.

Equipo humano: Cómo organizar las tareas

Planificar un curso online pasa por definir los propósitos del mismo, es decir, los objetivos de aprendizaje que queremos conseguir.

Es importante que estos objetivos sea claros y precisos y para ello deberán incluir tres componentes clave;

1. La acción ¿Qué va a ser capaz de hacer el alumnado una vez termine el curso?

2. La condición ¿Qué va a ser capaz de hacer el alumnado una vez termine el curso?

3. El grado ¿En qué grado podrá el alumnado completar esa acción?

Por ejemplo;

«Mi alumnado será capaz de prever el comportamiento de los usuarios (acción) a partir de los datos estadísticos de la plataforma (condición)  con un 85% de fiabilidad (grado)

Una vez definido el objetivo tendremos que tener trazadas las estrategias y los métodos de enseñanza que van a aplicar.

En el aprendizaje online, una de las teorías de aprendizaje más utilizadas es la constructivista, ya que lo que se busca es que el alumno se haga responsable de su conocimiento utilizando al profesor como orientador o guía.

En función de la metodología, el equipo de docentes debe crear o recopilar los contenidos que consideren necesarios.

La organización en este sentido se puede realizar por materias, de manera que cada profesor pueda enfocarse en aquello en lo que es más experto.

Aunque nosotros somos más partidarios de organizarlo por competencias,  y trabajar de forma colaborativa las habilidades y materias de manera transversal.

Porque en el mundo real las materias no se dan de manera aislada como hacíamos en el colegio y en la mayoría de ocasiones para hacer una tarea debemos recurrir a los conocimientos de diferentes materias.

Si la temática del curso es más general y no requiere tanta especialización, se puede hacer una distribución por formatos. Estos son algunos de los más usados en los cursos digitales.

  • Vídeo clases. Se pueden hacer en streaming, o grabarlas y editarlas previamente. Es un contenido muy valorado por los alumnos, aporta cercanía entre los participantes y se consume muy fácilmente.

Pero ¡cuidado! Este formato es muy útil para explicar conceptos o para videotutoriales técnicos, por ejemplo.

Por otra parte, no se debe abusar de él, hay que utilizarlo de manera correcta para que sea efectivo.

 

  • Ebooks. Los libros digitales son recursos muy útiles que se pueden descargar en cualquier momento y ser leídos en distintos dispositivos.
  • Guías especializadas. Se trata de material más específico con pautas que se ponen a disposición de los estudiantes y que también sirven para mostrar la experiencia del docente sobre temas concretos.
  • White papers. El contenido es más corto y enfocado a resolver dudas, o ayudar a entender un problema y profundizar en un tema concreto. Suele ser un documento más técnico y formal.

Cómo estructurar y definir el orden de las materias a impartir

Lo bueno de la formación online es que permite que el alumno se organice su jornada según sus necesidades y, excepto en las clases en streaming, puede crear su propio horario.

Esta ventaja también incluye al equipo docente, que tendrá que recurrir a sistemas de organización no presenciales, para poder cumplir los objetivos.

Para ello existen distintas herramientas con las que los profesores pueden estructurar su programa lectivo, distribuir materias, comentar ejercicios, compartir contenidos y, en definitiva, todo lo necesario para comenzar a organizar una academia.

A parte de herramientas como la suit ofimática que nos ofrece Google o Microsoft con hojas de cálculo, documentos, calendarios, etc.

También nos pueden resultar muy útiles las herramientas de gestión de proyectos y hoy en día disponemos de una gran oferta que hace esa gestión muy visual.

Asana

Es una web y aplicación móvil pensada para que los miembros de un equipo de trabajo puedan controlar fácilmente el estado de su trabajo. A la vez, fomenta la colaboración y ofrece la opción de administrar tareas y proyectos sin tener que usar el correo electrónico.

Trello

Es la aplicación por excelencia para gestionar proyectos. Es muy fácil de utilizar, intuitiva y visual. Está diseñada en forma de tablero donde aparecen tarjetas que nos permiten compartir listas de tareas pendientes, en proceso o realizadas, ideas, propuestas, etc. Además, en cada tarjeta se pueden agregar a los miembros del equipo que nos interese.

Notion

Más compleja, pero prácticamente una navaja suiza de la organización, super flexible y que nos permite programar y organizar un montón de tareas.

Nifty

(La que nosotros utilizamos) Muy parecida a Asana y nos permite trabajar tanto con equipo interno como externo, gestionar proyectos y formaciones colaborativas y organizar y agendar de manera fácil todas las tareas a ejecutar y la asignación de estas a cada miembro del equipo.

Kanbanflow

Esta aplicación está pensada para que el director o jefe de un equipo pueda asignar tareas, establecer fechas límite, supervisar trabajos, etc. Se divide en columnas que proporcionan una visión general de la situación del proyecto. Facilita la comunicación y mejora la productividad.

 

La organización es fundamental para el éxito de un proyecto. Por suerte, contamos con infinidad de medios que nos pueden ayudar a gestionar prácticamente todos los aspectos de nuestra vida, y gracias a las cuales podremos preparar nuestro curso de formación online de manera rápida y eficaz.

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